Letra:

Debajo del sombrero, la electricidad.
Encima de mí, se acaba el oxígeno.
Estoy cayendo en picado hacia la ciudad.
Os miro desde abajo uniendo vínculos,
haciendo cálculos a tiempo real en el cuaderno donde teorizo con el metal.
Papel Albal en la cabeza frente al orden mundial.
Exhibicionismo occidental tras un cristal.
El horizonte emite luz y hay que descodificarla.
Las manecillas del reloj las mueve un fantasma con sorna.
Cuidao que te pisas el alma al pasar tan rápidamente sobre tu sombra.
Estoy quedándome solo a la par que tú, con los dedos llenos de grasa y hormigas que comen.
Aquí tenemos muy claro desde la juventud que no nos queda tiempo ya para ser los mejores.
Del cielo cae la urbe, edificios inversos, amor de hermano a hermano, de hueso a hueso.
Díscolos tranquitensos, nos damos besos y abrazos diariamente por si ya no volvemos a vernos.
Vivo en un clima que quema, aquí ya no cabe nadie.
Este es el último baile, la última cena.
El último problema grave y la falta de aire,
y el derramamiento de sangre y el hambre a hombros del hombre, mujer, Planeta Anemia, animales extintos, ojos que sudan el llanto.
Lloramos tan distinto en un jodido mismo mundo…
Me cago en Dios, qué es esto…
Esta partida perdida desde el inicio ya.
Y otros por ahí haciendo el indio, y yo quizás obedeciendo al símbolo.
No se puede llamar profeta al científico, alguien te avisó de algo, hermano, alguien te lo dijo.
Y yo quizás obedeciendo al símbolo, y otros por ahí haciendo el indio.
No se puede llamar profeta al científico, alguien te avisó de algo, hermano, alguien te lo dijo.
Ya no te queda alternativa ni salida digna, cuida tu rata, comparte comida, llama a tu madre y dile que sigues con vida, que permaneces bajo la última farola encendida del mundo.
Y otros por ahí haciendo el indio, y yo quizás obedeciendo al símbolo.
No se puede llamar profeta al científico, alguien te avisó de algo, hermano, alguien te lo dijo.
Ya no te queda alternativa ni salida digna, cuida tu rata, comparte comida, llama a tu madre y dile que sigues con vida, que permaneces bajo la última farola encendida del mundo.
Y otros por ahí haciendo el indio. Y yo quizás obedeciendo al símbolo.
Ya, y a cuentagotas llueven los segundos. Un agujero negro en el espíritu.


©COLECTIVO SHUMARELI, 2021